(El presente artículo fue publicado en la revista regiomontana DIEZ EN SALUD. Es el resultado de una entrevista realizada a la Lic. Carolina Garza de López de San Pedro Garza García, N.L. quien es comunicóloga con Maestría en Ciencias de la Familia)
La autoestima en los niños pequeños
Autoestima: Término que proviene del inglés selft-esteem y quiere decir “valoración de ti mismo”. Es un concepto relativamente nuevo en el ámbito de la psicología social y se refiere a ese grado de conocimiento propio, no sólo de las cualidades, también de nuestros defectos y límites.
La Autoestima en los Niños
Antes de que un niño tenga uso de razón; empiece a gatear y a caminar; cuando se encuentra aún en la primera etapa de su desarrollo, desde ese momento, todo lo que escucha a su alrededor comienza a afectarle. Los primeros cinco años de vida determinan que el pequeño crezca o no en autoestima. Al llegar a la edad en que ya tiene uso de razón, debe empezar a manifestar todo ese cúmulo de seguridad, que ya ha ido cultivando dentro de él mismo.
El desarrollo de la autoestima está relacionado totalmente con el trato que recibe el niño desde el momento en que nace. Incluso ya se ha comprobado científicamente que el carácter de la mamá afecta al bebé durante los nueve meses de embarazo. Cuando los padres toman al niño en sus brazos, lo que más necesita es sentir afecto. Hace años existió una teoría absurda que decía: “Es más importante dar al niño calidad que tiempo”. Estudios recientes han demostrado que ambos son igual de importantes. El hijo debe recibir esa calidad en la ternura constantemente trasmitida con lenguaje no verbal, que se sienta protegido por la fuerza del amor, para que poco a poco se desarrolle como un niño seguro. Para dar amor nunca debe haber límites.
Antes se decía que amamantar al niño no era importante. Hoy día, las mamás “modernas” prefieren recurrir a la leche en polvo: Para efectos de la autoestima, esta práctica es poco recomendable ya que la preferencia por la leche materna no es sólo por las proteínas y defensas que se trasmiten al niño, sino por el contacto con su madre. Estar con ella es muchísimo mejor, tanto para su desarrollo fisiológico como psicológico.
El bebé también necesita las caricias de su padre. Aunque éste llegue cansado del trabajo, debe dedicar unos momentos para a dar a su hijo un poco de ternura, expresar con afecto palabras como “te quiero”, es muy bueno. Antaño se pensaba que el cuidado del bebé era tarea sólo de las mamás. Hoy se ha comprobado que el desempeño de ambos es importantísimo en la autoestima. Es un error que las demostraciones de cariño se hagan de manera esporádica. Cuando se priva al niño de ese calor; al llegar el tío, la prima, el abuelito, corren en busca de abrazos cálidos.
La Autoestima y el Sentimiento de Inferioridad
Otra falla muy grande es poner a los niños una “etiqueta”, corregirlo agresivamente con adjetivos negativos, señalarle los errores con algún insulto como “tonto”, “burro”, “inútil”; todo esto ocasiona en él una personalidad donde prevalece un sentimiento de inferioridad. El niño debe ser corregido con firmeza pero con mucho amor. Tratar de educarlo como un ser humano que razona. Hay un refrán que yo lo digo mucho en mis conferencias, “Si quieres matar a alguien, no le dispares, sólo ponle una etiqueta”.
Hay que recordar que cada hijo que tenemos es diferente. No se debe esperar del segundo hijo o tercero, lo mismo que dio el primero. Hay que buscar en cada hijo su cualidad y darle una palmada para felicitarlo. Se nos olvida. En la vida diaria somos padres que corregimos pero nos falta elogiar. Para cultivar la autoestima y forjar en los hijos esa seguridad en sí mismos, que el día de mañana los haga hombres y mujeres de bien, es esencial afianzarlos mucho, “echarles porras” reconociendo sus cualidades.
Los Errores de los Padres
No existe la receta mágica, pero hay dos o tres tips para tomar en cuenta. En primer lugar, yo les diría una frase: irradien el amor en pareja. Cuando una pareja se ama de verdad, los hijos sienten esa unión de sus padres. A pesar de las problemáticas diarias y sus consecuentes estados de ánimo, ellos deben sentir que sus padres forman una pareja sólida y unida. Esa es la primer garantía de que van a crecer con autoestima
Actualmente en México va en aumento el índice de divorcios. Y esto sucede porque hemos caído en una cultura del hedonismo en una forma egoísta. También existe un alarmante aumento de familias disfuncionales. Los papás no se dan cuenta de la gravedad que puede haber para la autoestima del hijo: el que ellos como pareja se separen; vivan sus problemas frente a ellos; se traten como desconocidos; se falten al respeto y se agredan.
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Uno de los grandes psiquiatras y expertos en materia de familia, Enrique Rojas, nos dice que el mundo está lleno de niños tristes. ¿Por qué hay escasez de chicos felices? Porque cada vez que un matrimonio se separa, está construyendo un niño infeliz. Y ya son tantos los divorcios, que son muy pocos los niños felices en el mundo, disfrutado su niñez. Desde muy pequeñitos ya viven conflictos de personas mayores, escuchan conversaciones de adultos y que no son adecuadas. Ellos ya hablan de “divorcio”. Todavía no conocen el significado de la palabra pero ya la repiten, desgraciadamente ya ha llegado a formar parte de su vocabulario. ¿Por qué?, porque estamos viviendo un egoísmo. Por pensar en “nuestra felicidad”; efímera, no estamos razonando lo que significa la responsabilidad de nuestros hijos, no es nada más traerlos al mundo y darles de comer o un techo, lo más importante, es proveerlos de las herramientas necesarias para que sean hombres y mujeres seguros y sanos mentalmente.
El Problema de las Etiquetas
En la vida, ¡cuántas veces juzgamos a la gente! Detrás de cada ser humano hay un problema; una vida que no hemos caminado. No deberíamos hacer juicios de los demás, pero desde el colegio, grandes y chicos etiquetamos a: “el chiflado”, “la cochina”, “el feo”, “la greñuda”, “el maricón”. ¡Noo! Los niños a veces son muy crueles entre ellos. Debemos enseñarles a no serlo. Detrás de ese niño que estamos etiquetando, existe un problema familiar grandísimo. Por eso es grosero, nos enseña la lengua, rompe las tareas ajenas y no porque sea malo. Se trata de un enojo con la vida debido a la frustración por no contar con una familia normal.
Conducta Adquirida
Existe otro problema en la autoestima que se llama “conducta adquirida”. Se dice que los niños son como esponjas que todo absorben. Si yo de chica fui una niña maltratada y mi mamá era una grosera, cuando soy grande hago lo mismo. Lo que aprendemos de nuestros padres en la infancia, es posible que lo repitamos con los hijos, aunque eso que hacían lo pudimos llegar a odiar, si no aplicamos inteligencia y capacidad, es posible que yo me conduzca de la misma manera. Es una cadena nefasta.
Cuando un padre construye autoestima su hijo –factor elemental-, no la está dando solamente a él, sino a una futura familia y a todas sus generaciones, porque se va trasmitiendo, por lo que estos patrones positivos adquiridos pueden continuar en el futuro.
La Comunicación
En México, esta cadena se arrastra pesadamente desde hace años, cuando la educación era muy autoritaria. Debe haber más papás conscientes para romper dicha cadena. Hay una receta mágica, se llama comunicación, sin embargo, actualmente parece que muchos matrimonios la hemos olvidado. Es necesario entender su significado. Hoy en día todos usamos la palabra, mas no sabemos que comunicar es unir, no es sólo expresar ideas y sentimientos, más que nada implica ponerse en los zapatos del otro, darse al otro. Comunicar es dar lo mejor de uno mismo al otro, y es ahí donde viene la pregunta: ¿Nos comunicamos de verdad los padres de familia? Cuando hablo con mi hijo para comunicarme… ¿estoy uniéndome con él? También quiere decir que si no se justifica a la otra persona en lo que hace, al menos se le comprende. Comunicar es comprender al otro. Hoy todo mundo dice que se comunica, pero vemos más violencia y agresividad. Comunicar viene de comunión, de comulgar. Creando lazos de unión se genera una verdadera comunicación. Si quieres romper esa cadena nefasta que destruye la autoestima en los niños, aprende realmente lo que es comunicación y comunícate con tu familia en todo el sentido de la palabra.
¿En qué edad se forma la Personalidad?
La personalidad se forma en la adolescencia: la edad más difícil, hasta le llaman la crisis de la adolescencia. Crisis quiere decir cambio. Todo mundo le teme a esta palabra, pero todos necesitamos un cambio. Todas nuestras crisis debemos tomarlas para algo positivo. Hay autores que llaman a la crisis: oportunidad.
El adolescente ya formó toda esta autoestima entre los trece o catorce años, tiempo en que ya estuvo influenciado para bien o para mal por la familia. Su carácter rebelde, es precisamente porque se está forjando su identidad. Tiene miedo, no sabe si será aceptado en la sociedad. En ese momento viene ese cambio psicológico y físico. No entiende qué pasa dentro de él, pero siente que está cambiando. Es el momento clave para los padres de familia: lo que no les reforzaron de pequeños, todavía tienen oportunidad de hacerlo. Si no enteraron de esos aspectos cuando era niños, aún es tiempo. Es el momento de hacerles sentir seguros, los papás deben reforzar ese sentimiento de seguridad en el hijo varón, ¿Qué es lo que más quiere un hijo hombre en la adolescencia?, que el papá esté presente en sus éxitos, de igual manera con la niña. Eso es una inyección a la autoestima, le estas diciendo a tu hijo: “Tú vales, por eso estoy aquí”,
Como Número Uno: La Atención y la Confianza
Hoy en día vivimos una vida muy llena de actividades, por lo que en ocasiones no les hacemos caso a los hijos. Dos consejos muy grandes: Número uno: cada vez que tu hijo te hable, deja todo y ve a atenderlo. Número dos: Toma tu agenda y empieza a tachar “compromisos” intrascendentes y deja espacios para atender a tus pequeños, saca toda esa basura que lo impide: el cafecito, tomar la cervecita con el compadre. ¿Qué es lo más importante en la agenda de mi vida? ¡Mis hijos!
Si a los niños les ocurrió algún incidente, temen contarle a sus papás, porque están acostumbrados a que los regañen cuando les sucede algo malo. Esto es un error. Lo adecuado es hablarles con confianza, explicando las razones, sin insultos, sin regaños exagerados, para que el día de mañana, cuando el problema sea grave; de drogas o alcohol, tengan confianza con sus padres y se lo cuenten. Abramos la puerta de la confianza con amor y con firmeza, para que al llegar a la adolescencia se acerquen a nosotros.
Forjando la Voluntad
Es preciso ejercer una paternidad responsable. A veces se piensa que somos los mejores amigos de nuestros hijos y con eso les estamos dando mucha autoestima, pero no es así. Si evitamos corregirlo con amor y con firmeza, tampoco les damos autoestima, porque piensan que pueden hacer lo que quieren. En ese caso, como no hubo reglas, el resultado es que no conocen los límites, el respeto, los horarios y los hábitos. Cuando un papá pone límites a sus hijos desde pequeños, se forja la voluntad. En consecuencia al sembrar este hábito, habrá un ser humano capaz de controlarse y dirigir su vida. Gran parte de los divorcios son casos de generaciones de muchachos, cuyos padres no les formaron la fuerza de voluntad. La autoestima en la etapa adulta lleva a la persona a saber manejarse porque ya tiene una vida interior de reflexión y conciencia. Enrique Rojas dice: “Ahora ya casi nadie vive vida interior, todo consiste en quedarnos afuera de nosotros mismos, escuchar la radio, navegar en internet, ver televisión, los videojuegos, el trabajo absorbente. ¿A qué horas del día interiorizo, cuestiono mi vida, mi día de hoy, lo qué hice mal y bien?”.
Para Conservar el Equilibrio
Para estar completos debemos cuidar estos cuatro aspectos: Biológico, psicológico, social y espiritual. Es necesario cuidar el cuerpo; alimentarse bien, mas el alimento al espíritu es igual de importante. Una persona que no tiene lo tiene, que no procura una espiritualidad, tiene un área vacía y hay un desequilibrio. No ser conciente de la necesidad de esa espiritualidad, de reflexionar, de tratar de ser mejor cada día, impedirá trasmitir al hijo una autoestima completa
Pedir Perdón
Otra cosa que papá y mamá no deben pasar por alto: Pedir perdón. Que el hijo vea que papá y mamá son de carne y hueso. Es imposible estar atentos a medir todo el tiempo nuestras palabras. Nuestra condición humana ocasionará que muchas veces nos equivoquemos. Pero también esa misma condición debe saber pedir perdón El ser humano se engrandece cuando pide perdón, y engrandecemos a quien se le pide perdón. De la misma manera en el futuro, nuestros hijos no van a temer pedir perdón. Precisamente ayuda mucho a la autoestima que el hijo vea que nos equivocamos, qué importa, que el día de mañana él también diga a sus hijos: “Hijo me equivoque”.
Consecuencias del Divorcio
Hoy en Estados Unidos, el gobierno está gastando millones de dólares en terapias familiares y psicólogos para tanto padre divorciado y muchacho deprimido. Ahora hay grandes campañas a favor del matrimonio porque estaba causando un gasto enorme a la economía de nuestro vecino del norte, el tratar a la gente enferma por problemas desde la niñez. Imagínense la gravedad, cada individuo sin autoestima representa incluso una carga social porque al no tener el cien por ciento de equilibrio mental, se traduce en baja productividad, es una cadena. El problema de autoestima deficiente empieza por ti mismo y termina siendo una carga para un país.
El ser humano es una unidad, biológica, física, social y espiritual. Aunque pensemos: “este problema no me va a afectar”, claro que afecta, porque somos unidad, no podemos dividirnos en partes. Por eso, tarde o temprano, ese maltrato, esa falta de tino en los padres que no saben cómo forjar una autoestima, se reflejan en un comportamiento antisocial y de bajas calificaciones en la escuela; desorden alimenticio que puede ser la obesidad, anorexia o bulimia. Los problemas psicológicos tienen que salir, por esa razón hoy día, existen muchas enfermedades psicosomáticas, en ocasiones, graves.
La Realidad del Divorcio
Antes de tomar la decisión de divorciarse, los padres deben entender que decir: “Es que esto ya no tiene remedio”, gran parte de las veces, no es cierto. Hay una frase muy típica hoy: “Incompatibilidad de caracteres”. Ya quieren poner en el registro civil este concepto como un nuevo causal de divorcio. Es cuando una pareja dice: “Ya nos vamos a separar porque no nos entendemos”, lo que realmente significa según los psicólogos: “Es que ya no me están gustando tanto los defectos de esta persona”.
De acuerdo a estadísticas, un ser humano tiene más o menos como ochenta por ciento de cualidades y virtudes, y un veinte de defectos. El argumento real para querer divorciarse de la pareja, es porque ese veinte por ciento ya no se quiere soportar. No hay hombre y mujer perfectos, Nosotros vamos construyendo nuestro matrimonio, la mujer hace a su hombre perfecto si ella quiere, el hombre, viceversa. Hay una frase de Juan Pablo II del libro Amor y Responsabilidad, que para mí es una frase que debería escribirse en todos los comerciales para realizar una campaña de concientización: “Independientemente de tus cualidades y a pesar de tus defectos, te amo porque eres persona humana, por esa dignidad de ser humano que te hace a imagen y semejanza de Dios” Ese es el valor más grande que tenemos. No sabemos los matrimonios de hoy lo que significa ser persona.
Hablando del divorcio, como dice Juan Pablo II, en Amor y Responsabilidad, “Cuando tú aprendes a amar a tu pareja, aprendes a amar las debilidades de tu pareja”,¿A ti te gustaría que tu pareja amara tus defectos, tus debilidades de ser humano? Tú cuando te casas con una persona la tomas toda, con lo bueno, y lo malo, lo hermoso es enamorarte de la debilidad y de la virtud. Además en esa debilidad, le das tanto amor que hasta logras cambiarla en algunos de sus defectos porque él o ella ven todo ese interés de su pareja. El amor cambia a la gente.
El Golpe del Divorcio
El divorcio de los padres es uno de los primeros factores de la baja de autoestima de un niño. Uno de los golpes más fuertes, les hace sufrir porque les destruye su mundo, el concepto que tenía de su familia, las expectativas, la imagen de sus padres; hasta se llegan a creer culpables y se sienten inadaptados. Esto es una enfermedad social. En México, las altas estadísticas de divorcio nos llevan corriendo hacia el desequilibrio social. En Nuevo León: de cada cinco matrimonios, tres se están divorciando durante los primeros años de casados.
Le preguntaban a Enrique Rojas: ¿Qué podemos hacer para que no haya tanto divorcio, tanto niño deprimido, tanta baja de autoestima? Regresar a esos valores que hemos olvidado a causa del hedonismo. Volver a sembrar esos valores en el hogar, practicarlos como pareja y poner el ejemplo. De nada me sirve decir: “Hijo no digas mentiras”, y yo las digo; “Pide perdón”, pero y no lo pido; “pórtate bien” y yo me porto mal. Practicar como pareja los valores, irradiarlos en familia y trasmitirlos a los hijos.
Los hijos de padres divorciados generalmente son tristes, es la generación de niños deprimidos. ¿No valdrá la pena hacer ese esfuerzo como pareja para volver a ver a nuestros niños sonreír?